jueves, 17 de junio de 2010

Salmonelosis


Huevos, pollo, pescado y productos lácteos son los alimentos más sensibles a los brotes de salmonelosis

El verano es la época del año en la que con mayor frecuencia se producen brotes de salmonelosis, una de las infecciones alimentarias de más relevancia a nivel mundial. Las altas temperaturas y la falta de higiene en la cocina, así como la inadecuada manipulación de los alimentos, potencian el desarrollo de la salmonella, la bacteria que origina este mal, entre cuyos síntomas destacan diarrea, vómitos, fiebre y dolor de cabeza. Ancianos y niños pequeños son los grupos de mayor riesgo. El 50% de las infecciones se producen en el hogar.

Extremar medidas de precaución

Esta infección está producida por una bacteria (la salmonella) que habita de forma natural tanto en el intestino de las personas como de los animales. Por esta razón la contaminación fecal constituye un elemento clave en el contagio de los alimentos y del agua. Otra importante fuente de contaminación es la cruzada. La bacteria llega hasta los hogares en alimentos como las aves de corral o los huevos y puede transmitirse por contacto directo o indirecto a otros productos. Una vez en el alimento, y si las condiciones son las adecuadas, la salmonella es capaz de multiplicarse de forma peligrosa y aumentar su capacidad infecciosa. Las altas temperaturas facilitan el crecimiento y la reproducción de la bacteria.

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